jueves, 31 de marzo de 2011


 

Cristóbal Colón

1451 - 1506 (Genova, Italia)

En el año de 1451 nació en Génova (Italia) Cristóbal Colón, hijo del cardador de lana Doménico Colombo y de Susana Fontanarossa. Su familia era de tradición tejedora y mantenía un taller en la parte baja de la ciudad. Desde muy joven, Cristóbal demostró que no tenía intenciones de mantenerse ligado a los oficios manuales y comenzó a probar suerte en el mar.
Sobre sus memorias, Cristóbal escribía en 1501: "De muy pequeña edad entré en la mar navegando, y lo he continuado fasta hoy. Ya pasan de cuarenta años que yo voy en este uso. Todo lo que falta hoy se navega, todo lo he andado".
En la década de 1470, Colón recorrió el mar Mediterráneo, llegando hasta la isla de Quío (o Chío) y a las aguas de Túnez. Luego viajó hasta Inglaterra, desde donde realizó una travesía a Islandia. A su regreso se estableció en Portugal y se dedicó, junto a su hermano Bartolomé, a dibujar cartas marinas (portulanos) para venderlas en Lisboa. De esa manera, los Colón se vincularon a importantes geógrafos de la época como Fernao Martins o Paolo del Pozzo Toscanelli.
También participó en empresas bélicas, como el enfrentamiento entre Renato de Anjou y el rey de Aragón, Juan II, por la sucesión a la Corona de Nápoles. Se afirma que, al amparo de tantas guerras y conflictos como entonces había, ejerció de corsario, actividad muy lucrativa y reconocida hasta en los tratados internacionales de la época.
En esta misma época Cristóbal aprendió un latín rudimentario que le serviría para leer las obras de los sabios. Además, fue comisionado a efectuar un viaje a las islas de Madera para adquirir un cargamento de azúcar.
Según cronistas contemporáneos, Colón llegó a las costas del sur de Portugal (Lagos), cerca de Sagres, tras un durísimo combate naval acaecido cerca del cabo de San Vicente, el 13 de agosto de 1476. Incendiado su barco, Colón salvó su vida agarrándose a un remo y nadando hasta la costa. Empezaba la estancia colombina en Portugal, que duró casi diez años, tan importantes y decisivos como misteriosos. Dicen los cronistas que Colón, una vez repuesto, marchó de Lagos a Lisboa, donde se dedicó al comercio.
En 1477 viajó hasta Inglaterra e Islandia, y en 1478 se movía entre Lisboa y el archipiélago de Madeira con cargamentos de azúcar. En 1479 se casó con Felipa Moniz de Perestrello, hija del primer gobernador de Porto Santo de Madera, con quien tuvo a su hijo Diego, futuro virrey de las Indias.
                                                     viajes de cristóbal colón
El viaje del Descubrimiento: 1492
El primero y trascendental de los viajes a América se inició en el puerto de Palos de la Frontera el 3 de agosto de 1492 formando una flota de tres naves, la Santa María (a bordo de la cual iba Colón), la Pinta y la Niña. La primera etapa terminó en las Islas Canarias donde se hicieron algunas reparaciones y desde donde no partieron las naves hasta el día 6 de septiembre. El propósito de Colón al viajar hacia el sur fue evitar los vientos del oeste que soplan en latitudes mayores. Entre los paralelos 25 y 30 estos vientos contrarios no se dan, sino que la navegación hacia el oeste se beneficia de los vientos alisios que impulsan hacia el oeste, en dirección a lo que Colón pensaba que era el Extremo Oriente de Asia.
Este viaje (de Canarias a América) duró poco más de cinco semanas casi siempre con vientos favorables. Un auténtico “paseo” comparado con el casi un año que invirtió Vasco de Gama en llegar a la India. Y sin embargo el viaje de Colón incluía no pocos aspectos admirables. Dejando de lado el mérito de Colón para poner en marcha una expedición rechazada por los expertos como inviable y que, de hecho, Colón estaba muy equivocado en las distancias (eran mucho mayores) que separaban España de las costas de Asia; hay que valorar lo que supone en aquellos tiempos navegar por mar abierto, por rutas desconocidas y sin ser capaz de medir la
longitud, ni la latitud con demasiada precisión. Prácticamente el único instrumento del que disponía Colón era la brújula con el cual se podía sólo fijar el rumbo, es decir, en su caso podría mantener las naves en dirección oeste de una manera razonablemente precisa. Los navegantes averiguaban el paralelo en el que se encontraban (la latitud) mediante la observación y calculo del ángulo de visión de ciertos astros como la estrella Polar. La distancia recorrida era calculada de manera aproximada. En función de esa distancia los navegantes podrían hacerse una idea de sobre que meridiano (la longitud) se encontraba la nave. Conocidas ambas coordenadas se podría fijar la posición de la nave, aunque en los siglos XV y XVI el cálculo de la longitud era tan aproximado, que se cometían enormes errores a la hora de fijar la posición de un barco o un accidente geográfico.
Estas condiciones de navegación tan difíciles están probablemente en el origen de muchas de las leyendas surgidas en torno al viaje de Colón. Se ha dicho que Colón no se hubiera aventurado de no disponer de más información de la que confesaba, llegándose incluso a decir que ya conocía la existencia de tierra al otro lado del Atlántico por la confesión de algún misterioso navegante arrastrado al otro lado del Atlántico por tempestades.
La realidad es que quienes se oponían al proyecto de Colón no lo hacían porque pensasen que la dirección fuese incorrecta, de hecho, muchos reconocerían que supuesto que la tierra es una esfera podría llegarse al este viajando hacia el oeste; sino porque consideraban que la distancia entre las costas ibéricas y las del extremo oriente eran insuperables para los barcos de la época. Se dice que Colón pensaba que entre las costas españolas y las de Asia habría sobre cinco mil kilómetros, cuando la realidad es que esa cantidad hay que multiplicarla por cuatro. Por suerte para el proyecto castellano en medio estaba América, donde llegó Colón el 12 de octubre de 1492

En América Colón recorrió el mar Caribe llegando a Cuba o lo que es hoy la República Dominicana. En esos viajes se perdió la nave Santa María, con cuyos restos se construyó un fuerte en el que se quedaron unos pocos voluntarios. El 15 de enero de 1493 la expedición inició su regreso a España, y aunque habían encontrado poco de lo que buscaban (no habían aparecido ni las especias, ni las ricas ciudades asiáticas), el Almirante procuró darle un aspecto interesante a los descubrimientos realizados cuando tras llegar a Palos se trasladó a Barcelona para informar personalmente a los Reyes Católicos de sus descubrimientos. Además fue cuando se público la conocida Carta de Colón
que sería reimpresa en multitud de ocasiones y daría fama a su descubridor por toda Europa.



El Segundo Viaje: la colonización
El 25 de septiembre de 1493 se iniciaba el segundo viaje de Colón. Las prisas por organizar esta segunda travesía hay que atribuirlas a los deseos del Almirante de demostrar que había llegado a Asia y al temor de los Reyes Católicos a que sus rivales portugueses intentasen algún tipo de exploración por los nuevos territorios, ya que según el Tratado de Alcaçovas les pertenecería cualquier descubrimiento realizado al sur de las Islas Canarias.
Esta nueva expedición no era ya sólo un viaje de descubrimiento, sino de conquista: con los marineros iban colonos ansiosos por encontrar las riquezas que había descrito Colón, religiosos para convertir a los nativos, animales domésticos y plantas para poner aquellas tierras en producción.
En cuanto a los descubrimientos de este segundo viaje merece destacar la llegada a Puerto Rico y Jamaica, y el descubrimiento de que los voluntarios que se quedaron en el primer viaje estaban todos muertos como resultados de luchas internas y de las venganzas de los nativos a los cuales los españoles habían robado y maltratado.
Este segundo viaje provocó muchas tensiones entre los españoles que no encontraron las riquezas fáciles que buscaban (oro y especias) y las primeras revueltas de los nativos contra los invasores. Además Colón fue incapaz, por supuesto, de encontrar el más mínimo rastro de las ricas y poderosas civilizaciones asiáticas. Algunos españoles muy descontentos escaparon hacia la península de manera que cuando Colón regresó a España tuvo que enfrentarse a los relatos contrarios a su persona que estos habían difundido.

El tercer viaje: el Paraíso Terrenal
En mayo de 1496 partió una tercera tentativa de Colón, al mando de una flota de seis barcos, para demostrar que había llegado a Asia viajando hacia el oeste. Además de encontrarse con que los españoles de América se habían rebelado contra su autoridad, quizás el mayor descubrimiento de este viaje fuese la desembocadura del río Orinoco. Al ser una corriente de agua dulce tan poderosa sólo podría provenir no de una isla, sino de una enorme extensión, de un nuevo continente, ya que era evidente que no era Asia. Pero en la cabeza de Colón sólo cabía la geografía clásica que afirmaba que las tierras no cubiertas por el mar (África, Asia y Europa) estaban unidas formando un todo sólo separadas por mares y por un gran océano que es el que había cruzado por tercera vez entre Europa y Asia. Colón concluyó que estas nuevas tierras no eran otra cosa sino el Paraíso Terrenal descrito en la Biblia.
Este viaje termina sin que el Almirante encuentre Cipango (Japón) ni las costa de China, e incluso ante las noticias de rebeliones y abusos, los reyes enviarán desde España a poner orden a Francisco de Bobadilla, quien empezó por retirarle a Colón toda su autoridad en aquellas tierras y terminó por encarcelar a Colón y sus hermanos. De hecho, el viaje de vuelta a la península en el año 1500 lo hizo Colón preso y encadenado.



El cuarto viaje. Muerte de Colón
A pesar del desastroso final del tercer viaje Colón vio cambiar su situación y, aunque los reyes no le devolvieron los poderes y privilegios que le concedieron en las Capitulaciones de Santa Fe, le encargaron un cuarto viaje iniciado en 1502 con el objetivo de descubrir el paso hacia Asia. Colón llegará a tocar tierra en la zona de Panamá, pero una vez más tuvo que regresar sin cumplir sus objetivos. Morirá en Valladolid en 1506 sin haber conseguido su objetivo, desposeído de sus cargos y sin saber que había descubierto para los europeos el “Nuevo Mundo”.
Las desgracias de Colón no acabaron con su muerte, pues al año siguiente de su fallecimiento se publicó un libro de geografía que incluía un mapa del cartógrafo alemán Waldseemüller donde se recogían los relatos de un navegante florentino, Américo Vespucio
(o Amerigo Vespucci, o Americus Vesputius), que afirmaba que los descubrimientos hechos tras 1492 (él mismo había participado en alguna de las muchas expediciones españolas) no eran tierras asiáticas sino un nuevo continente. En ese mapa de 1507 las nuevas tierras aparecen denominadas como América en su honor, y aunque en España se siguieron llamando Indias durante siglos, el nuevo nombre se hizo pronto muy popular en otros países.
                                               Embarcaciones de cristóbal Colón
                       
                                                                       LA NIÑA
  


La Niña fue una de las dos carabelas que usó Cristóbal Colón en su primer viaje al Nuevo Mundo en 1492. La otra carabela era La Pinta. La tercera embarcación, la Santa María, en realidad era una nao o "carraca" y no una carabela.

Historia

Construida en los antiguos astilleros del puerto de la Ribera de Moguer entre 1487 y 1490, en su botadura sobre el río Tinto, la nave recibió el nombre de "Santa Clara" (en honor al Monasterio de Santa Clara de dicha localidad), aunque pasaría a la posteridad con el nombre de sus propietarios, los hermanos Niño. Fabricada con maderas de pino y chaparro, su primitivo velamen latino fue transformado a velas cuadradas en la escala que la flotilla descubridora realizó en las Canarias, y ya en la isla de La Española se le instaló, junto a sus palos de trinquete, mayor y contramesana, un nuevo palo de mesana. Las velas de La Niña carecían de rizos, por lo que no tenían un sistema de cabos que permitiera reducir la superficie en caso de fuerte viento. Las jarcias que sostenían los palos estaban enganchadas en los costados del buque. La carabela carecía de castillo de proa, mientras que el alcázar era bastante pequeño.
Cristóbal Colón, en presencia del escribano Alonso Pardo ejecutó en Moguer una real provisión que, en nombre de los Reyes Católicos, le daba poderes1 para requisar tres carabelas en:
"... las cibdades e villas e logares de la costa de la mar de Andalucía como de todos los nros. reynos e Señorios ...".
Confiscó dos naves que después fueron desechadas. Finalmente los Pinzón eligieron a La Niña junto con La Pinta por ser muy maniobrable. La costeó el concejo de Palos como le fue ordenado en la real provisión enviada por los monarcas a esta localidad.
La Niña atravesó el Atlántico en el viaje descubridor capitaneada por Vicente Yáñez Pinzón, con Juan Niño como maestre y pilotada por Sancho Ruiz de Gama. Tras el hundimiento de la carabela Santa María, se convirtió en la nave capitana de la expedición. Al mando de la carabela La Niña iba Cristóbal Colón, y de la carabela La Pinta Martín Alonso Pinzón.
El día 14 de febrero de 1493 a la altura de las Islas Azores se cruzaron con una fuerte tempestad que estuvo a punto de hacer naufragar las embarcaciones. Con el pasar de las horas la violencia de la tempestad provocó la pérdida de contacto entre las carabelas y la tripulación de La Niña empiezan a temerse lo peor. En ese momento Cristóbal Colón, decidió echar en suerte el peregrinar en romería al Convento de Santa Clara como acción de gracias para superar tan difícil situación .
Tras arribar de nuevo al puerto de Palos el 15 de marzo de 1493, se encaminó hacia Moguer, con Cristóbal Colón, los Niño y el resto de la marinería moguereña, algunos indios y papagayos. La gente, alegre, los vio llegar al Convento de Santa Clara donde cumplieron el voto realizado. Encendieron un cirio y estuvieron aquella noche en vigilia.
Testigo del momento fue Juan Rodríguez Cabezudo, amigo del almirante y cuidador de su hijo Diego. Este confiesa en las probanzas del Almirante de 1515 lo siguiente:
" ... entraron dentro de la carabela donde el dicho almirante venía e les motró el dicho almirante carátulas de oro que traía de las dichas Yndias e seys o siete yndios que traía de allá e con un cuchillo quitó el dicho almirante un poco de oro a vn indio e se lo dio ... "
El 25 de septiembre del mismo año formó parte de la flotilla del segundo viaje de Colón. Ya en las nuevas tierras, partió como capitana de un viaje de exploración en el que se descubrieron Jamaica y la costa sur de Cuba.
Nuevas noticias de La Niña, ya por entonces propiedad de la Corona, nos llegan desde el puerto de Haití, donde un ciclón hunde en el verano de 1495 a todos los barcos amarrados a puerto, excepto a esta carabela, que aunque sufrió algunos daños, fue el único navío que no naufragó.
Esta capacidad de mantenerse a flote fue quizás determinante para que La Niña sirviese de modelo al primer barco construido en América, la carabela Santa Cruz, conocida como La India. Regresa a España con la segunda expedición colombina el 11 de junio de 1496.
En los años posteriores, la Corona encomienda el gobierno de La Niña a Alonso Medel, quien realiza con la carabela varios viajes comerciales. En el transcurso de una de estas expediciones es capturada por barcos corsarios franceses, algunos de cuyos tripulantes, naturales de El Puerto de Santa María, son sobornados con 30 ducados por Medel, y ayudan al español a escapar de los corsarios.
El último viaje de La Niña del que tenemos noticia fue una expedición a Haití, después de que el navío fuese reparado y calafateado en Palos, con un coste de 35.000 maravedíes.
Apenas 35 días después de su partida, La Niña arriba a Haití en uno de los más rápidos viajes trasatlánticos de la historia.
A partir de ese momento no tenemos noticias fiables de la suerte de La Niña, aunque una mención a una carabela Santa Clara, gobernada por Alonso Prieto en 1508, nos lleva a pensar que la carabela moguereña, una de las naves más famosas de la historia, navegaría todavía unos años más entre el viejo y el nuevo continente que ella ayudó a descubrir
                                                                 LA PINTA 

La Pinta fue una de las dos carabelas que usó Cristóbal Colón en su primer viaje al Nuevo Mundo en 1492. La otra carabela era La Niña. La tercera embarcación, la santa maria, en realidad era una nao o "carraca" y no una carabela.

Historia

La Pinta había sido construida en los astilleros de Palos pocos años antes del primer viaje. Fue elegida por Martín Alonso Pinzón por sus cualidades náuticas, ya que él mismo la había alquilado anteriormente; la costeó el concejo de Palos.
Su nombre hizo pensar a algunos historiadores que pertenecía a la familia Pinto, pero en realidad fue alquilada a los armadores Gómez Rascón y Cristóbal Quintero, que fueron en ella a América como marinos, por lo que probablemente su verdadero nombre fuera "La Pintá". Era una carabela nórdica de velas cuadradas con un velamen muy sencillo. Los palos de trinquete y mayor iban aparejados con una vela cuadrada de grandes dimensiones, en tanto que el palo de popa, llamado mesana, portaba una vela latina.


La Pinta era la más velera de las tres naves colombinas (La Pinta, La Niña y la Santa María) y con frecuencia tenía que esperar a las otras dos durante el histórico viaje, debido también a las dotes del capitán Martín Alonso Pinzón. El 8 de octubre, en lucha por llegar los primeros a descubrir las nuevas tierras, alcanzó una velocidad de 15 millas. por hora (una milla de la época equivale a 0,8 millas náuticas actuales, por lo que su velocidad sería de unas 12 millas por hora), superior a la que puede alcanzar hoy un mercante de vapor medio.
Con motivo del quinto centenario del descubrimiento de América se construyó en Isla Cristina una réplica que repetiría, junto con las réplicas de la Niña y la Santa María, el itinerario del viaje original, fue botada el 8 de agosto de 1989 en el puerto de Isla Cristina en un acto presidido por la infanta Cristina.
                                                                LA SANTA MARIA 



La Santa María fue la única nao y la más grande de las tres embarcaciones empleadas por Cristóbal Colón en su primer viaje al Nuevo Mundo en 1492.
La Santa María era una "nao", usada como "nao capitana" durante la expedición. Su propietario era Juan de la Cosa. El 25 de diciembre de 1492, la nave encalló en la costa noroeste de la actual República Dominicana, quedando inservible y sus maderas se usaron para construir un fortín con empalizada que fue llamado "Fuerte Navidad".
Los otros barcos de la expedición eran dos carabelas: La Niña y La Pinta (la diferencia entre carabela y nao reside en la eslora, que es mayor en la nao, lo que le da mayor capacidad de carga. Ademas de otras diferencias relativas a las proporciones generales, la Nao porta aparejo redondo, mientras las carabelas, lo hacen de Latina ).
Todos los barcos eran de segunda o tercera mano, al menos, cuando se emplearon en la expedición de Colón.
La Santa María fue llamada originalmente La Gallega, probablemente porque se construyó en Galicia. Parece que los marineros la llamaban Marigalante. Bartolomé de Las Casas nunca usó los nombres ni de La Gallega, ni de Marigalante o Santa María, sino que la llamaba la Capitana o La Nao. Existe otra teoría que dice que fue construida en los Astilleros Reales de Falgote, en la localidad de Colindres, en Cantabria, mientras que otras voces afirman que fue construida por los carpinteros de ribera de El Puerto de Santa María.
La Santa María tenía 36 metros de eslora y tres mástiles. Era el barco más lento de los tres de la expedición.                                         video vajes de cistóbal colón


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